miércoles, 20 de febrero de 2008

Dios en las Iglesias

En el año 311 d.C., una vez que el Cristianismo comenzaba a establecerse como religión de estado, se construyeron templos que satisfacían las necesidades propias de los rituales que los fieles debían llevar a cabo. La importancia de estos templos, que más adelante fueron conocidos como iglesias, reside en su decoración y organización que cumplía con funciones fundamentales y específicas del cristianismo.


Debido a que la mayor parte de los feligreses eran analfabetas, las cosas debían ser explicadas de manera fácil para que todos entendieran sin dificultad; por medio de imágenes de la vida de Jesucristo y fragmentos de la Biblia, lo que les evitaba la necesidad de leer el Evangelio. Para que todos los fieles pudieran entender las imágenes, éstas debían representarse lo más claras y sencillas posibles, también con el propósito de que no se perdiera la atención de los mismos. El diseño de los cuerpos en las pinturas de las iglesias podía parecer primitivo debido a la mezcla de las ideas egipcias sobre la importancia de la claridad, y las evoluciones de las formas, según los griegos.

Los espacios en las basílicas respondían a la adoración de un dios que los creyentes reconocían a través de las imágenes colocadas en la iglesia. La zona más importante era el ábside, donde generalmente estaba la imagen de lo que se llama Pantocrator (imagen del Cristo barbado, representando a la Santísima Trinidad con sus dedos). El transepto era donde estaba la cúpula en lo alto. La gente se congregaba de pie en las naves laterales, dejando un espacio vacío en la nave principal; el nártex era la conexión de aquellos que estaban adentro con una zona exterior que aún pertenecía al templo, llamado atrio. Lo que sería la puerta asemejaba un arco triunfal, siempre buscando una magnificencia que llamara la atención de los paganos e infundiera la fe en los creyentes.


Hubo aquellos que veían como una ofensa el hecho de representar a la divinidad por medio de íconos e imágenes como las que se utilizaban en los mosaicos dentro de las iglesias, conocidos como iconoclastas; pero también hubieron quienes defendían el uso de éstas imágenes y lo fundamentaban con la utilidad didáctica que tenían. En el año 750 d.C. se dio uno de los momentos más críticos de la querella entre los iconoclastas y los que defendían las imágenes de Cristo, la Virgen, los Apóstoles y otros Santos.

La importancia del arte en las iglesias fue desarrollándose cada vez más, de manera que se buscó plasmar las ideas de la religión por medio de esculturas, construcciones o imágenes. La arquitectura de las iglesias ha evolucionado con el tiempo, y hoy en día existen distintos tipos de construcciones que le dan a estos templos una esencia personal de la casa de Dios. Las imágenes religiosas han influido bastante en la mayoría de los creyentes, de tal manera que estos colocan altares, pinturas, esculturas, muñecos, etc, dentro de sus casas o incluso en los panteones; dejando a un lado a los iconoclastas. Actualmente el cristianismo es la religión con un gran número de seguidores que asisten a misa cada vez que es necesario; acentuando la importancia de las iglesias desde hace ya más de 1500 años.

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